- Dicen que se ha venido su nieta, ¿no Anita?
Anita contestó con un leve sí que más pareció el silbido de un triste pájaro.
- ¿ Y eso?
Ahora Anita no podía disimular la ira que salía de sus ojos cansados de una vida de trabajo y de haber criado a cinco hijos... (y al que no fue capaz de criar, apostillaba ella siempre)... y despacio, sin prisa, con los ojos rojos de ira... contestó:
- Se ha venido con su abuela, estoy mayor... y sobre todo... las cosas están revueltas en Sevilla en la fábrica donde trabajan sus padres...
- Ya, ya... ¿El tocino de "papá" como siempre?
Anita hizo un leve gesto de asentimiento...
...
Era lunes de nuevo, Anita barruntaba con la idea de ir a la carnicería de Maribel... estaba muy harta de la cotilla de Juana... es cierto que cuando Manolo estuvo cuatro meses sin cobrar, ella siguió comprando y Juana le servía con mejor cara si cabe, y en lugar de preguntar si lo apuntaba, simplemente le daba la compra y la despedía con un "hasta el lunes que viene, cariño" y una sonrisa enorme. Y ella eso no lo olvidaría en la vida... Así que se sometería, de nuevo, a su pseudo interrogatorio con paciencia...
- Tenemos un cabrito buenísimo, Anita.
- Ponme un kilo, voy a hacer caldereta, a Manolo le encanta, y a mi Teresita también
- Está gordita, Teresa... ¿No?
Anita, respiró hondo, y pensó rápidamente que mejor una "colorá" que ciento amarilla así que le dijo: Sí, amiga, está en estado...¿Qué le vamos a hacer? Ella y su Fernando han metido la pata, un despiste dicen... ¿Qué le vamos a hacer? ni la primera ni la última... el problema es la situación de los padres de ambos que trabajan en la misma fábrica y para pensar en bodas y nietos están. Así que han decidido que se venga aquí, que su abuela la cuidará.
- Vaya...
- ¿Qué le vamos a hacer? ni la primera ni la última... y sabes qué... encima Fernando se fue a la mili al Ferrol la semana pasada... dieciocho mesesitos que le esperan en la Marina... cuando conozca a su hijo o a su niña... (Qué Dios sabe qué será) ya andará... En fin, cariño... nada que esta abuela que ha luchado tanto no sea capaz de soportar... ni mi Teresita, que ahí donde la ves... es todo un carácter.
- Vaya... bueno cariño, ni la primera, ni la última... mi sobrina Mercedes, la hija de mi hermano el que se fue a Barcelona... parió la semana pasada a una niña... y del padre no se sabe nada... Rosario la han llamado, ¡como a mi madre!
- Dios la tenga en su Gloria!. Bueno cariño... ¿Qué te debo?
- Doscientas veinte. Y una cosa más... Este papel de jamón te lo regalo yo, para la madre y lo que trae en el vientre.
-¡Muchas gracias!, nos vemos el lunes.
Un saludo a tod@s
El comercio es casi un arte; es la forma inferior, el primer grado del arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario