21.1.18

Mis cuentos XXXIII: Desierto...



Despertó con una extraña sensación… no es que su barrio fuese el más ruidoso del mundo, él había vivido en Carabanchel una temporada y eso sí que era jaleo… pero aquel silencio… un miércoles a las ocho… normal no era…
Salió a la puerta… ¡NADIE!
Bajó al bar de Paqui donde solía desayunar…estaba abierto, ¡pero vacío!
Salió espantado de allí, corriendo, asustado… cuando había recorrido dos o tres calles, su corazón se le quería salir del pecho… no se había encontrado con nadie
Decidió ir hacia la zona de tiendas y bares… ¡NADIE! Unos cerrados, otros abiertos, pero ni un alma…
Llamó a la Policía, agotó las llamadas y nadie, al 112, nadie…
Estaba verdaderamente asustado.
Ni animales, ¡no se ve nada!
Llamó a distintos números de familiares y amigos: ¡NADA!
Ni incluso, Carlos, que vivía en Michigan contestaba “éste tiene explicación, vaya, por el desfase horario”
De pronto, oyó un zumbido: ¡Dios! ¡El despertador!, pero…
Despertó con una extraña sensación… no es que su barrio fuese el más ruidoso del mundo, él había vivido en Carabanchel una temporada y eso sí que era jaleo… pero aquel silencio… un miércoles a las ocho… normal no era…

Salió a la puerta… ¡NADIE!


Un saludo a tod@s

Soledad: Un instante de plenitud.
Michel de Montaigne (1533-1592) Escritor y filósofo francés.

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