Sí, creía en la justicia de la Revolución que acababan de desatar y creía que era necesaria. Sí, ya estaba bien, ya estaba bien de trabajar de sol a sol, de soportar los desmanes y maltratos de aquellos, sólo porque nacieron de otra forma y en una cuna mejor.
Salma estaba desatada aquella mañana, en realidad llevaba desatada todo el mes que habían estado preparando el estallido, con cada reunión, con cada nueva propuesta de acción, con cada nueva incorporación al grupo de revolucionarios, sentía que su sangre roja circulaba un poquito más caliente y un pelín más rápida.
Aquella mañana corría, tiraba piedras, gritaba, aullaban como lobos... el efecto que producían en la gente era diverso: terror, huida, gritos de apoyo desde ventanas cerradas a cal y canto, gente que se sumaba a su turba, reproches, insultos...
A nadie le había confesado su gran motivación, su fin último para participar en aquello... esa curiosidad científica que siempre le había hecho probar, experimentar y comprobar, ese empirismo innato que la impulsaba a realizar los experimentos más diferentes.
La Revolución... ¡claro que era importante! ¡claro que era justa! ¡claro que convertirían su mundo en un mundo mejor!... pero todo ello era secundario (sí, en su fuero interno lo podía decir a grito pelado) SECUNDARIO...
¡Lo realmente importante era comprobar qué había de cierto en que la sangre de aquellos seres pálidos y descoloridos era AZUL!
Cuando D. Enrique, el dueño de la finca le salió al encuentro, erguido, henchido de su orgullo, arropado de su halo de impunidad...Salma le miró directamente a los ojos y le dijo:
- No es nada personal, Enriquito, es por la Ciencia, y le hundió el cuchillo que llevaba en la mano izquierda en el costado derecho.
D. Enrique profirió un grito, hincó las rodillas y manó una catarata de sangre roja, ¡sí, roja! de la herida del costado...
Salma, le miró de nuevo a los ojos y le dijo:
-¡ROJAAAA!¡Malditos creadores de bulos y leyendas!¡Malditos embusteros explotadores!... ¡¡Viva el EMPIRISMO!!
Y se fue, ya sólo a luchar por la justicia social, el interés científico había sido calmado...por ahora...
Un saludo a tod@s
El que quiera azul celeste, que se acueste.
Anónimo
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