31.12.16

Mis cuentos (X): El agua fría...


Obviamente el choque fue brutal, dejó recuerdos imborrables para el resto de su vida.
Está claro que aquello lo cambió como persona: el acceso a una sociedad libre, poder hablar de todo sin tener que mirar a ambos lados por si los contertulios eran de confianza, poder protestar cuando las condiciones no eran adecuadas o, simplemente, no eran las pactadas; asistir, aunque fuese como espectador, a la elección del primer ministro, las campañas, la elección del alcalde…era todo tan nuevo y tan desconocido.
De todas formas, existían similitudes: el poderoso te seguía tratando como ganado, aquí además el poderoso no sólo era el dueño, también cualquier “compañero” que por el simple hecho de ser español ya te miraba por encima (muy por encima) del hombro. No entendía el idioma, al menos no al principio, pero las miradas de soslayo, las narices arrugadas, el tono de aquel lenguaje duro y agreste no dejaban lugar a dudas. No, definitivamente, no era aquel el sitio donde quería que se criasen sus hijos y donde naciesen sus nietos. 
Al llegar a la batería de barracones dónde vivía junto a otro montón de compañeros, no sólo españoles de todas las regiones, también italianos, yugoslavos, griegos, turcos…; eran estos últimos los más desgraciados, mal mirados no sólo por los alemanes sino también por el resto y acusados por todos de oler mal, de apestar, para no andar con matices... 
Al llegar al “campamento” observó que tampoco iban a ser aquello unas vacaciones pagadas, las condiciones del local no daban mucho de sí, y el frío, ese frío de ese dichoso país, estaba y entraba por todos sitios y lugares. 
Al despertar, era importante (para él siempre lo fue) el aseo inicial: lavado, afeitado y peinado… el agua fría…helada mejor, taladraba sus manos que colocaba en forma de cuenco y de ahí su cara o su cabeza, dónde fuese arrojada con energía. Es cierto que a partir de ahí la soñolencia inicial con la que llegaba al aseo, desaparecía de un plumazo hasta el día siguiente; pero no es menos cierto que aquel agua fría…helada mejor, hacía que añorase con deleite la de su huerta en España, por mucho que aquella saliese directamente del pozo y templada no es que llegase. 
En cualquier caso, en los recuerdos que llenaban su mente, siempre recordó cómo mejoró su percepción sobre aquel país, cuando pudo entender lo que decían, cuando tuvo una casa con agua caliente y cuando vivía rodeado de los suyos; aun así al despertar siempre volvía al ritual del aseo con agua fría, es importante no olvidar nunca de dónde venimos decía…



Un saludo a tod@s

El agua es el elemento y principio de las cosas.
Tales de Mileto (624 AC-546 AC) Filósofo y matemático griego.

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