Maté al Demonio del mediodía...

Aunque yo intuía su existencia, fue en una conversación con M. (una gran profesional, por cierto, algún día os hablaré de ella...) cuando ella verbalizó su existencia...
Lo he matado, quien roba a un ladrón... luego quién mata a un demonio...
La desidia de mi mediodía particular se había apropiado de mí... el Demonio había conseguido que dejase de enfrentarme a la tarea... ahora lo he conseguido. No sé si pasó el mediodía o simplemente conseguí vencer sus tentaciones...
Por otra parte, y como cosa curiosa, he entrado en el laberinto de espejos, y empiezo a verme reflejado en miles de ellos, algunos verdaderamente sorpresivos... pero sin duda es mi imagen la que devuelven; y como diría J.T. en el espejo hay que mirarse y quererse un poco en él, pero no tanto como para que el personaje consiga atraparte... buen tío este J.T.
¿Cómo dices? ¿Que no te enteras de este post?...bueno, venir por aquí nunca dije que fuese fácil, y a veces escribo muy para mí... esta vez es una de esas veces, la siguiente será más fácil...
...y M.? ¿Qué fue de M.?
...y no compadre, yo de galgos no escribo...

Un saludo a tod@s

¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.

Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) Escritor británico.