Escuchaba yo el otro día en la radio a un profesional de la medicina deportiva que hacía un paralelismo entre los futbolistas y la vida que me gustó. Decía que Dios a todo el mundo le centra, como poco, cinco o seis balones de los de rematar a gol a lo largo de su vida...Que lo que hay que hacer es entrenar, estar física y mentalmente a tono, atentos, expectantes, desmarcados y pidiendo el balón y llega un momento en que el pasador (Dios, la vida, la suerte, la Providencia,... cada uno que se aferre a lo que quiera) nos lo centra y en ese momento hay que verlo y rematarlo con todas nuestras ganas... a veces incluso los defensas son tan malos que podemos rematar de segunda el rechace.
Cuando perdemos uno, o nos da la sensación de que se nos escapó o lo paró el portero, no vale echarle las culpas al resto, claro que el defensa intenta que no rematemos, claro que el portero intenta parar, claro que el balón podía venir muy rápido, o lento, o alto, o mojado... ¡pero era nuestro gol! En ese caso sólo nos queda (además de la lógica frustración o tristeza por el gol fallado) la obligación de entrenar más, estar mejor preparado y rematar con más ganas el siguiente... porque habrá un siguiente, ya que el pasador es inmejorable y generoso...
En mi valoración en todos los ámbitos de mi vida pues, como soy mejor tenista que futbolista..., fallo alguno y meto gol en otros, alguno incluso rematando mal...pero es que yo siempre jugaba de defensa...
Entrenen, que el próximo balón nunca se sabe cuándo ni dónde caerá...
Un saludo a tod@s
El verdadero buscador crece y aprende, y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede.
Jorge Bucay (1949-?) Escritor y psicoterapeuta argentino.
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