Cada vez que investigo o escucho o leo algo nuevo sobre educación, más me doy cuenta del tamaño de mi ignorancia.
Una veces por obligación, otras por placer y otras por coherencia profesional intento no dejar pasar oportunidad de seguir formándome.
Es imposible... teorías y más teorías. Teóricos yuxtapuestos. Teorías contradictorias. Muchas de ellas de difícil aplicación. Finlandia como modelo... ¿Cómo aspirar a parecernos a ellos?... Por otra parte lees a los Finlandeses (que por lo visto están hasta el glaciar del turismo "pedagógico") y dicen que cómo son ellos el modelo si tienen el índice de suicidios en jóvenes más alto de Europa...
...por otra parte sus números son demoledores...
Para aquellos que creemos en la excelencia del sistema (¡ojo! no en que sea excelente ¡ojalá! si no en que debemos poner toda la carne en el asador para que lo sea)... El momento económico es terrible pero a pesar de ello, no creo que sea todo una cuestión de Euros.
Está claro que más recursos supone más calidad (si el alumnado está confortable, si no le faltan medios, si tiene ordenadores de sobra, si..., si...) pero...
¿Qué pasa con los docentes...?
¿Cómo puede la estructura académica (departamentos, asignaturas, funcionariado, rigidez, aulas cerradas,...) del siglo pasado pretender dar respuesta a la nueva generación?
¿Cómo puede la enseñanza del "yo sé... tú apréndetelo y repítemelo" dar respuestas a la Sociedad del Conocimiento?
¿Cómo pueden unos resultados de un 30% de fracaso absoluto dejarnos indiferentes? Cada vez que un españolito/a/e/i/u se marcha después de 14 años o más en la Escuela sin un título estamos generando un excluído/a/e/i/o/u Social.
El título de la ESO es el mínimo en España... La solución no es poner la máquina de regalar títulos tampoco...
Difícil, realmente difícil...
Un saludo a tod@s
El optimista tiene siempre un proyecto; el pesimista, una excusa.
Anónimo
4 comentarios:
Una buena reflexión, que debemos hacer los docentes, es pensar si lo que enseñamos realmente le sirve al alumnado para aplicarlo en su vida. A menudo, pienso en ello, y mi conclusión es que no.
Hay mucho cantamañana en los CEP; los centros son moles imposibles de dinamizar porque el profesorado no quiere - creo que usted es director de IES y lo sabe mejor que yo -; no se usan las herramientas TIC o son minoritarios los que lo hacen; nadie lee una línea, ni libros ni normativa; odiamos la coordinación; ni una palabra sobre la programación; ni un análisis serio y riguroso de la práctica docente; directores que no tienen iniciativas y algunos no conocen ni la normativa (lo digo por el mio) ni quieren conocerla.
Afortunadamente, no todos somos así, pero son minoritarios los que llevan a cabo los aspectos que he señalado y, a veces, son "bichos raros" en los Claustros e incluso marginados. Lo digo, porque se de lo que hablo.
Como anécdota, en mi centro, después de colocar las PDI en las aulas, a los alumnos los han vueltos de espalda a las mismas. Piense en el "mensaje" que se le transmite a los chicos.
Fíjese que yo no lo veo tan dificil; es más, dicha dificultad lo veo una excusa en la que caemos los docentes.
Si cada uno - políticos, equipos directivos, profesores y familias - atendiesemos a las funciones y competencias que nos son intrínsecas, la educación seria de mayor calidad.
Ahora estamos pagando el peaje de la LOGSE. A joderse toca... debemos aprender la lección; se desecharon conceptos inherentes a la enseñanza por pura ideología y para contraponerse a un régimen injusto que padecimos cuarenta años: disciplina, respeto, sacrificio, correcciones... Ahora estamos en otra dictadura, la de los mediocres.
¿Cómo puede la estructura académica (departamentos, asignaturas, funcionariado, rigidez, aulas cerradas,...) del siglo pasado pretender dar respuesta a la nueva generación?
¿Cómo puede la enseñanza del "yo sé... tú apréndetelo y repítemelo" dar respuestas a la Sociedad del Conocimiento?
¿Cómo pueden unos resultados de un 30% de fracaso absoluto dejarnos indiferentes? Cada vez que un españolito/a/e/i/u se marcha después de 14 años o más en la Escuela sin un título estamos generando un excluído/a/e/i/o/u Social.
Ahí está la clave, mientras no asumemos cuestiones como esas que tú expones y otras que también se podrían exponer y que están muy relacionadas con el supuesto código ético que debería subyacer en la profesión, poco se podrá cambiar, y el cambio es necesario.
El primer comentario es demoledor, tanto por su crudeza como por su vigencia. Pero hay que seguir, pasito a paso; "la educación no es, está siendo".
Gracias a los tres (y a todos los demas) Se hace camino al andar... pero si se va acompañado es mucho menos duro...
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