¿Pero qué le corre a éste por las venas?...pensaba Silvia...
Una cita, una cena maravillosa, miradas que no era la comida lo que decían qué querían devorar...un café, una copa...y después...¿nada?...¿Cómo es posible?
¿Pero en qué piensa? Tan tímido no parece...
Habrá que volver a quedar...¡Hombres!
Pensó: un sitio de tapas, una barra, siempre favorece mejor el acercamiento que la frialdad y distancia de la mesa de un restaurante...
Y sí, el sitio magnífico, el ambiente estupendo, ni vacío ni agobiante, las tapas de diseño pero sin perder un ápice de sabor, el vino en su punto justo, ni frío, ni templado; un café, una copa...
¿Tampoco? ¿Pero qué quiere este tipo? ¿No le gustaré y lo que quiere es conversar?
- Adiós, hasta la próxima, nos llamamos...
- Ciao
El tercer bar tampoco estaba mal, modernito, pero sin estridencias, y la comida le habían dicho que allí estaba buenísima...
optó por pedir una cerveza, David la imitó, mejor una sin alcohol, dijo.
- Una con y una sin, por favor...
El camarero le puso a Silvia la sin...¡dichosos estereotipos machistas!, tranquila, no puedes enojarte y perder tu objetivo...
En la segunda cerveza, David la miró de nuevo a los ojos, le acarició la cara con el dorso de la mano y acercó sus labios, dándole un casto beso en la mejilla.
- ¡Qué guapa eres, Silvia!
Ésta, en lugar de responder, agarró su coronilla y le dio un largo beso en los labios. No ocurrió nada más... David, rojo como el pimiento del piquillo del que estaba loando su salsa fue incapaz de volver a mirarla durante el resto de la comida.
Menos mal que me has besado, le dijo al salir... David no supo qué contestar...
Un saludo a tod@s
El más difícil no es el primer beso sino el último.
Paul Géraldy (1885-1983) Poeta y dramaturgo francés.
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