No saber siempre le causó
desazón, de toda la vida había preferido
conocer la verdad y que no se anduviesen con rodeos con él.
Así que sin ningún pudor siguió el
protocolo que tan buenos resultados le había dado en otras ocasiones: la ducha
ni muy caliente ni muy fría; el rasurado, hasta casi sentir la cara como la de
un niño; la ropa, elegida con mimo, cuidando la combinación de colores, ni muy
elegante ni excesivamente “casual”. Incluso había buscado en el cajón los que
él llamaba sus calzoncillos de la suerte…
De esta guisa llegó a la cafetería, y
pidió un cortado. Se sentó y esperó, aún faltaban cinco minutos para la cita.
Ella, como siempre, llegó puntual y
radiante. En ese momento, Jaime pensó que había llegado la hora de resolver el
problema, de despejar la incógnita, como solía decir su profe de matemáticas
favorito en el instituto.
- ¿Mercedes, hay otro?
h Dedicado a PROMECE, Muchas gracias!
Un saludo a tod@s
El pasado es una colección interminable de horrores que sólo merece el más completo de los olvidos; el futuro, una incógnita poco confiable que es preciso asegurar; el presente, el campo de batalla donde hay que garantizarse la vejez.
Ernesto Mallo (1948-?) Escritor, dramaturgo y periodista
2 comentarios:
Me gusta, aunque el resultado de la ecuación no siempre es lo importante. Si disfrutas de los procedimientos, no suspenderás aunque no llegues nunca a conocer el verdadero valor de la incógnita. Seguro que eso también lo decía su profe favorito.
Un besote, Eu.
Lo tendré en cuenta! Muchas gracias!!!
Publicar un comentario