18.11.15

Mis cuentos (V): Despejar la incógnita...


No saber siempre le causó desazón,  de toda la vida había preferido conocer la verdad y que no se anduviesen con rodeos con él.

Así que sin ningún pudor siguió el protocolo que tan buenos resultados le había dado en otras ocasiones: la ducha ni muy caliente ni muy fría; el rasurado, hasta casi sentir la cara como la de un niño; la ropa, elegida con mimo, cuidando la combinación de colores, ni muy elegante ni excesivamente “casual”. Incluso había buscado en el cajón los que él llamaba sus calzoncillos de la suerte…

De esta guisa llegó a la cafetería, y pidió un cortado. Se sentó y esperó, aún faltaban cinco minutos para la cita. Ella, como siempre, llegó puntual  y radiante. En ese momento, Jaime pensó que había llegado la hora de resolver el problema, de despejar la incógnita, como solía decir su profe de matemáticas favorito en el instituto.

       
        - ¿Mercedes, hay otro?        

h  Dedicado a PROMECE, Muchas gracias!

      Un saludo a tod@s

El pasado es una colección interminable de horrores que sólo merece el más completo de los olvidos; el futuro, una incógnita poco confiable que es preciso asegurar; el presente, el campo de batalla donde hay que garantizarse la vejez.
Ernesto Mallo (1948-?) Escritor, dramaturgo y periodista 



2 comentarios:

Eunice dijo...

Me gusta, aunque el resultado de la ecuación no siempre es lo importante. Si disfrutas de los procedimientos, no suspenderás aunque no llegues nunca a conocer el verdadero valor de la incógnita. Seguro que eso también lo decía su profe favorito.
Un besote, Eu.

Anastasio Pineda dijo...

Lo tendré en cuenta! Muchas gracias!!!