15.3.15

La cuna en la que nacemos...


Esa es nuestra misión, esa es nuestra gran misión, cambiar el mundo ayudando a los parias, "compensar las desigualdades sociales", "favorecer la cohesión social", "igualdad de oportunidades".. dicen. Pero es tan difícil, tan tremendamente complicado, es cierto que en esta profesión es, probablemente lo que más satisfacciones produce; es el momento en el que más realizado como persona te sientes y más en paz contigo mismo: cuando rescatas a una persona.
En cambio, cuando todo se convierte en "crónica de una muerte anunciada", empleas recursos y cantidades ingentes de energía y se convierte en una batalla completamente desigual en la que tienes que luchar con todos los enemigos en múltiples frentes al unísono...

No es justo, es de hecho, de una injusticia supina, que de una persona se sepa desde muy temprano que será un fracasado escolar (en el más amplio sentido de la palabra) y también, por ende, un desecho social, en muchas ocasiones a edades vergonzosamente tempranas.

Lo siento, desde el viernes por situaciones que no vienen al caso, estoy en constante periodo de reflexión sobre lo importante, y sobre la gran responsabilidad que tenemos todos (unos por acción errónea, otros por inacción y otros por omisión) en esos niños, niñas, y jóvenes que se nos pierden por el camino y cuyo principal "pecado" es haber decidido escoger una cuna desacertada para nacer.

¡Qué injusticia! ¡Qué asco de mundo "civilizado"!... y mientras tanto, A. y gente como ella acabarán desahuciados (o cosas mucho peores) en el primer diagnóstico porque no hicimos lo suficiente...

¡No es justo!

Un saludo a tod@s

Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad , verdad, justicia, y solidaridad.
Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la iglesia católica.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Absolutamente de acuerdo, Anastasio.

Manuel Jiménez Cadenas dijo...

Lo que hace a una sociedad más justa es, por una parte, el trabajo conjunto de distintos agentes (educativos, sanitarios, fiscales, sociales o de justicia) para compensar esa predestinación de cuna y, por otra, el compromiso personal, como el tuyo. Ánimo.

Anastasio Pineda dijo...

Gracias a los dos! Saber que no estamos solos ayuda...