20.7.12

Papas revolconas...

A ver, vamos a cambiar el estilo y vamos a hablar de cocina... esta receta me la enseñó mi amiga L.R. en un agradable día de convivencia, procede de extremadura (las dos la receta y la amiga).

La versión original es dura, puesto que tiene en el fondo panceta y, si se quiere, chorizo y/o morcilla. Yo la he descafeinado bastante sustituyendo toda esa grasa por aceite de oliva.
Se pone a cocer con abundante agua y sal unas patatas (yo calculo que una por comensal está bien).
Mientras (o después da igual) en una sartén amplia o en una cazuela (mejor esta opción para la cocina tradicional) se pochan en abundante aceite unos dientes de ajos cortados por la mitad (1 por comensal también está bien) abundante cebolla (media por comensal) y pimientos cortados en trozos grandes (1 por comensal si son de los tiernos, si son de los grandes un trocillo). Aquí es donde la receta original ha perdido toda su "gracia" y es que en ella no había aceite si no que todo esto se preparaba usando la grasa obtenida de la panceta, (el chorizo y la morcilla si se van a usar se añaden tras sofreír las verduras).

Ahora llega el momento de retomar aquellas patatas que cocimos. Tras pelarlas se machacan con un tenedor (no usaremos trituradoras eléctricas porque no queremos que salga excesivamente cremoso, recordamos que es una receta tradicional). Una vez machacadas las incorporamos al sofrito muy caliente y envolvemos un poco para que se mezclen los sabores y la patata gane en jugosidad, salpimentamos y añadimos al gusto pimentón, ahora sí que no se puede tocar el original, sólo nos sirve el de "La Vera".

A mí me gusta acompañarlas con un huevo frito. Tremendamente fácil y muy ricas, creo que ahora para el calor mejor mi versión "light" dejaremos la original para el invierno pues es más "contundente"

Bueno se lo dedico a mi amiga R. Crr. que tiene un estupendo blog de cocina y es muy aficionada a las recetas tradicionales, esto sólo es el intento de un mal imitador.

Un saludo a tod@s


El único hombre que es realmente libre es aquel que puede rechazar una invitación a comer sin dar una excusa.
Jules Renard (1864-1910) Escritor y dramaturgo francés.



2 comentarios:

Rosa dijo...

Pero bueno, ¡qué sorpresa! Tomo nota de tu receta y te animo a que escribas más de cocina mientras la disfrutas.

Carmen Pineda dijo...

Doy fe del arte culinario de mi tito. Muy buenas, si señor!