Hoy, en un receso de una reunión de trabajo, comentaba una experta en educación de adultos que, curiosamente, tras realizar un sondeo entre sus alumnos, afirmaban tanto ellos como ellas que sólo colaboraban en las tareas domésticas los conyuges; no así los hijos que vivian con sus padres.
Esto me ha hecho reflexionar sobre un aspecto poco valorado, en la lucha por la igualdad de derechos de ambos sexos: La importancia, de adquirir desde el día 1 de nuestra vida las mismas obligaciones hombres y mujeres.
Estamos acostumbrados a pedir a los Educadores que eduquen en la igualdad, a la administración, a la empresa a ... bueno a todos que, como debe ser, no existan discriminaciones en derechos por causa del género. Pero, nos hemos parado a pensar, el daño que hacemos a nuestras futuras generaciones cada vez que a nuestros hijos les permitimos algún derecho adicional, o les eximimos de alguna obligación por el hecho de ser varones.
Pensemos en los pequeños detalles: En la hora de llegar a casa, en la obligación de hacer pequeñas tareas domésticas, etc, etc.
No podemos pretender, educar a pequeños ( o no tanto) reyezuelos con privilegios por su género y querer que por obra y gracia del E. S. se conviertan en parejas, jefes, o compañeros que crean y vivan en la igualdad de mayores.
... se hace camino al andar...
Un saludo a tod@s
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